La ciudad alemana de Hannover apagó la calefacción y cambió a duchas frías en todos los edificios públicos debido a la crisis del gas en Rusia.
Es la primera gran ciudad en cerrar el suministro de agua caliente después de que Rusia redujera drásticamente el envío de gas a Alemania.
A los alemanes se les ha dicho que se preparen para una serie de medidas drásticas de reducción de gas y cargos adicionales en sus facturas de energía.
Y la Unión Europea ha acordado reducir la demanda de gas ruso este invierno en un 15%.
En un intento por ahorrar energía, la ciudad de Hannover, en el norte de Alemania, decidió que ya no habrá agua caliente disponible para lavarse las manos en los edificios públicos o en las duchas de piscinas, pabellones deportivos y gimnasios.
También se apagarán las fuentes públicas para ahorrar energía y no habrá luces nocturnas en los principales edificios, como el ayuntamiento y los museos.
El alcalde de la ciudad, Belit Onay, dijo que el objetivo es reducir el consumo de energía de la ciudad en un 15% en respuesta a una «escasez inminente de gas», que representa un desafío importante para las grandes ciudades.
Las reglas también se aplican a la calefacción.
Los edificios públicos no tendrán calefacción desde abril hasta finales de septiembre de cada año, con temperaturas ambiente limitadas a un máximo de 20 °C durante el resto del año, salvo algunas excepciones.
La ciudad también prohibirá los aires acondicionados, calentadores y radiadores portátiles.
La política está en línea con los anuncios de Berlín la semana pasada, a medida que Alemania se apresura a acumular sus reservas antes del invierno. Otras ciudades, como Augsburgo en Baviera, ya han introducido sus propias medidas, como apagar las fuentes públicas.
El objetivo de reducir un 15% el consumo en Hannover coincide con el objetivo de toda la Unión Europea de reducir la dependencia del gas ruso.
El jueves, Alemania confirmó que un recargo de gas planificado para los clientes podría ser mucho más alto de lo esperado, para tratar de garantizar que las empresas de energía no quiebren en los próximos meses.
«Todavía no podemos decir cuánto costará el gas en noviembre, pero la amarga noticia es que definitivamente son unos cientos de euros por hogar», dijo el ministro de Economía, Robert Habeck.
Algunos informes indican que el impuesto podría costar a las familias 500 euros adicionales al año (unos US$505).
Alemania ha dependido durante mucho tiempo del gas ruso para sus necesidades energéticas, pero recientemente acusó a Rusia de restringir el flujo en represalia por las sanciones de la UE por la guerra en Ucrania, algo que el Kremlin niega.
Los suministros de gas ruso ahora representan alrededor de una cuarta parte de las necesidades de la nación, en comparación con más de la mitad antes de la guerra.